1 Capitulo

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa :) Acá les dejo el primer capitulo. 
Espero que les guste. ¡YA PUEDEN FIRMAR ANÓNIMOS TAMBIÉN! así que espero sus firmitas. Cada firma que dejan suma otro capítulos más!!!!!
Comentarios acá o en @LauPL_PP_Sgo ♥ Por favor...
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Un día facinante para andar en bicicleta y despejarme de mis problemas lavorales.
Subí a mi cuarto corriendo y me saque el pijama para reemplazarlo por una calza azul corta, una remera blanca manga corta y con unas zapatillas negras de deportes. Luego de estar lista, agarre mi billetera y mi celular. Y las llaves.

Ya subída en la bici me puse los auriculares y parti hacía donde me llevará el viento.
  Dando vueltas me tope con un kiosco. Baje y compré un botella de agua, estaba sediente. Con un solo trago acabe la botella. Bastante sedienta me encontraba.
En fin, volví a subir y al bajar a la vereda me tope con el semaforo en rojo. Solo esperé un minutos o dos en que diera verde, fue ahí que volví a emprender mi camino, pero un auto se me acercaba cada vez más. Clavo su freno en la  rueda de mi bici y dandole un empujón suave de la rueda me tendió al suelo y la bici arriba mío.
-Disculpame. -Dijo una voz masculina y ayudandome a pararme- No te vi.
Paula: ¿No me viste? -Dije furiosa- Deje un poco su celular y verá mejor. Aparte le informo que esta en rojo. -Señale el semaforo- ¡Tarado! -Levante mi bicicleta-
-¿Podría ayudarla? Digo, llevarla a un sanatorio y que la revisen...
Paula: Vayase al diablo con su ayuda y disculpas. -Dije agarrandome la cabeza-
-La alcanzaré nada más. Deje ayudarse señorita. Me siento mal por lo que sucedió. -Saque mi mano de la cabeza- ¡Oh, por dios. Esta sangrando! -Quizo tocarme pero esquive ese roce de piel-
Paula: Ya me toco su auto... ¿Ahora me quiere tocar usted? -Aún estaba furiosa- Tomaré un taxi y iré.
-Dije que la ayudaré...
Paula: ¿Sabes como me podes ayudar? -Él asintió- ¡Desapareciendo de mi vida!
-No se discute más. ¡Entra al auto! Yo subiré la bici atrás...
Paula -Largué un suspiro-: Nunca conocí a alguien tan terco. -Dije entrando al auto-
-Saca de la guantera algo y presionaté en la cabeza. -Dijo al subir al auto- Tengo un padrino que es médico, te llevaré ahí.
Paula: Haz lo que quieras, pero apresurate que tengo que regresar a casa. -Dije colocandome una pequeña remera en el golpee, tal cual como él me dijo-

-¡Pedro! -Dijo un hombre con anteojos y pelo negro. Ojos marrones oscuros- ¡Que gusto verte por acá! ¿Sucedió algo? -Al verme a mi-
Pedro... Pedro, que bonito nombre para un hombre tan... irresponsable. Me dije.
Pedro: Padrino. -Dijo dandole la mano- Tuve un pequeño accidente...
Paula -Aclaré con la garganta-: ¿Perdón? ¿Lo tuviste vos? -Dije mirandolo furiosa-
Cuando lo miré sus ojos marrones claros me dejaron helada. Sentí un calor que recorrió todo mi cuerpo. De pie a cabeza.
Pedro: Fue un accidente señorita. Cruce en rojo y no la vi cruzar a ella.
Paula: Porque iba muy animado con el celular. -Revoleé los ojos-
Pedro: En fin. Padrino vine a traertela porque tiene un tajo en su cabeza, y me preocupa.
Paula: ¿Te preocupa? Por favor.- Dije con una risita irónica-
Pablo: Haber. Dejame ver ese tajo. -Dijo sacandome la remera que sostenía yo- Sientate en la camilla. Tendré que hacerte puntos señorita...
Paula: Paula... Paula Chaves. -Dije sentandome-

-CUENTA PEDRO-
Pedro: Yo no repito mas que dos veces las cosas. Si quieren levantensen, abajo esta el desayuno listo y el chofer las espera.
Luciana -Hermana de dieciséis años-: ¿Y mamá?
Pedro: Se fue a un viaje, pero vuelve esta tarde. ¡Levantante!
Caro: Que molesto que sos. -Dijo mi otra hermana de dieciocho años-
Pedro: Seré molesto, pero cumplo con mis obligaciones de despertarlas.
Sonia: ¡Hola! -Dijo una voz pequeña atrás mío. Era mi hermanita menor de siete años-
Pedro: ¡Pequeña! -Dije sonriendo- Porque no aprenden de Sonia que se levanto apenas la hable. 
Caro: Porque no aprenden de Sonia que se levanto apenas la hable. -Dijo imiandome-
Pedro -Negué con la cabeza-: ¿Desayunaste? -Dando la vuelta junto con mi hermana para bajar-
Sonia -Asintió-: La chocolate con vainillas estuvo riquisima Pepe.
Pedro: Me alegro que te allá gustado. -Dije acariciando su cabello-
Sonia: ¿Ya te vas? -Yo asentí- ¿Por qué nunca nos llevas al cole?
Pedro: Porque sino llego tarde So.
Sonia: Sos el dueño.
Pedro: Que sea el dueño no quiere decir que pueda llegar a la hora que quiera. Tengo que cumplir el horario como todos.
Sonia: Yo quiero que nos lleves una vez. En el colegio me hacen burla siempre, porque solo nos lleva un chófer y no un familiar.
Pedro: ¿Te hacen burla? -Dije sorprendido- ¿Que te dice?
Sonia: Que soy huerfana... -Dijo con lagrimas en los ojos-
Pedro -Respiré hondo y exhale suave-: Sabes que no lo sos pequeña. Tenes una familia y una vida llena de sueños. -Ella encogió sus hombros- Si que la tenes preciosa. -Me agache a su altura- Oídos sordos a esas personas que te digan esas cosas feas, solo escucha las cosas bellas que te digan. -Ella sonrió- ¿Estás lista para ir al cole?
Sonia: Si. Me tengo que poner una campera y nada más. -Dijo riendo-
Pedro: Bueno, anda ponerte. ¡Hoy te llevo yo!
Sonia: ¿En serio? -Yo asentí con una sonirsa- Te quiero. -Me abrazo-
Pedro: Yo también. -Besé su cabeza-
Luego de ese abrazo no tardo nada en ponerse la campera y luego su mochila. Antes de salir de casa les dije por ultima vez que se levantaran y así lo hicieron.
  Deje a Sonia en su colegio. Le dije que la iba a recoger a la salida, para tener un tiempito y hablar con su seño o rectora.
Partí hacía mi trabajo. Realmente estaba llegando tarde. Soy un hombre muy exigente con la puntualidad.
¡Maldición! Todos los semaforos estaban en contra mío. Rojo, ni uno verde gané. Creo que ganarle a uno no sucedera nada.
Mi celular comenzó a sonar. Era la secretaría de la empresa.
-Comunicación Telefónica-
-¿Hola? -Dijo una voz fina y elegante- ¿Señor Alfonso?
Pedro: Ya le dije que me digas Pedro. ¿Qué sucede?
-Si, disculpeme. Solo quiero saber si vendrá o no...
Pedro: Si, claro que voy Claudia. En quince estoy...
Claudia: Ah, bueno. Pensé que no iba a venir y... -Frené de golpeé al ver una mujer joven cruzar con su bicicleta- ¿Pedro? ¿Se encuentra bien?
Pedro: Uh, después te llamo. -Coré rápidamente y baje-
¡Sorprendido. Que mujer más guapa! Unas piernas largas, a lo lejano parece ser suaves. Un bonito trasero, bien parado. Una espalda única. Su pelo rozaba esa espalda, cabello color rubío. al darse vuelta me himnotice con su rostro, con esa boca, con esos ojos verdes claros, con su nariz. Su delantera era... era pulposa. Sus pezones al parecer se endurecieron, eso es lo que mostraba su remera.
Tras eso me imagine esa misma mujer en mi cama, haciendole el amor una y otra vez. Cosa que rápidamente sacudí mi cabeza y un disculpame de mi parte hubo mil veces. Y la señorita al parecer no la recibía.

Paula Chaves. Bonito nombre para una señorita inrrespetuosa y calentona.
Bonito nombre para una mujer para tenderla en la cama y hacerle el amor. ¡Yo y mis fantasias!
  Su rostro notaba dolor cuando le hacían esos puntos, y uno que otro quejido salía de su boca.

Me imagino sus gestos y gemidos que hará en la cama.

Pablo: Hay que chequearte. Hacerte una radiografia.
Paula: No, no es necesario. -Dijo negando con la cabeza-
Pablo: Si que lo es. Un golpeé como este puede causar muchas cosas. -Dijo preocupado-
Pedro: Yo me tengo que ir. ¡Llego tarde!
Paula: Osea que me traes acá y luego me dejas tirada como un perro... Pedro, ¿no? -Yo reí- ¿De qué te reís tarado?
Pablo: Voy a pedir un turno. Los dejos solos... -Dijo sonriendo y se fue-
Pedro: El tarado vete sacandole. Me molesta mucho las personas que me faltan el respeto.
Paula: Y a mi las que no respetan los semaforos. ¡Me sacan! -Dijo con una sonrisa ganadora-
Pedro: Pero eso no te hace ganar. Me podes hablar bien, no hace falta la agresión señorita Chaves.
Paula: Que mal que vamos señor. Odio cuando me llaman por mi apellido y odio los irresponsables.
Pedro: Responsable soy. No te permitiré otra falta de respeto, sin saber como soy. -Dije algo molesto-
Paula: Caramba. Tú y tus faltas de respeto. No me hagas reír. -La miré mal- Pues tú tenes que ir... anda. Pero te comeras una denuncia por lo que sucedió.
Pedro: ¿Denuncia? Por favor. -Dije molesto- Te trague al sanatorio para que te revisen y me decís que me vas a denunciar? Te pedí mil veces disculpas.
Paula: Sabes que... olvidate de la maldita denuncia. Pero desaparece de mi vista, porque te juro que...
Pedro -Acercandome-: ¿Qué?
Paula: Ah... ahora te haces el seductor. Conozco a estos tipos de seductor. No consiguen nada. -Dijo parandose y acercandose-
Pedro: Yo te confieso que nunca conocí a una mujer tan bonita como tú.
Paula: Al infierno con tus halagos. -Dijo empujandome-
Pedro -Agarrandola de la cintura, saque de mi bolsillo una tarjeta-: Por si necesitas algo. -Besé su mejilla- Te dejo la bici en el taller de la vuelta. Suerte...
Paula -Susurró-: ¡Tarado!
Pedro: Te escuche. -Dije al abrir la puerta- Adiós.
Salí de ese sanatorio bastante descolocado por lo que había dicho e echo. Solo conocí a de ella su nombre; ¿ya la quería en la cama? ¿Quién se supone que era?
Largue un suspiró y suspuse que capaz me llamará para disculparse. Muy agresiva estuvo.
En mi vida conocí una mujer tan excitante y fría a la vez. Dios, esa mujer hacía que la desee sin razones. Tan solo la conocí hoy y la deseo.
  Llegué a la empresa y rápidamente entre a mi oficina. Al pasar salude a la secretaría. Quien en solo segundos me lleno de papeles y luego llamados.