2 Capitulo

Holaaaaaaaaaaaa una vez más. Acá les dejo otro posteo.
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Espero que les guste este capitulo. Cada firma suma otro capitulo en la lista!!!!!!!!!!
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¿Quién se supone que era? De él solo conocía su nombre y nada más. Bah. Conocí a su padrino. Ja.
Luego de una radiografía y una pequeña venda en la herida y confirmarme que no tenía nada, pero tenía que volver para la siguiente cura y seguir viendo la herida.  Salí de ese sanatorio sin pagar. Claro, él había pagado. Me lo dijo su padrino "No te preocupes él pago todo", Pablo me lo dijo.
Pase por el taller a donde había dejado mi bicicleta. Quien me dijo que una semana maximo estaría lista. La verdad que no me preocupaba en el sentido de necesitarla para moverme. Tenía mi auto. Pero estaba acostumbrada a hacer tramites con la bici. Me encantaba cuando el viento chocaba con mi piel, con mi cabello y hacía humedecer mis ojos.
Paula: No hay problema... -Dije una vez más- Acá tenes mi numero por cualquier inconveniente que tengas.
-En una semana la tendrá de nuevo. Por cierto, acertó muy lindo colo para usted. -Dijo el hombro y yo sonreí.-
Mi mamá me lo había escogido, ya que yo era muy indecisa en ese sentido de elegir cosas. Negro y naranja.
Paula: Entonces; en una semana estaré acá. Gracias. -Estendí mi mano y luego de haber saludo. Me fui-
Me tomé un taxi quien tardo media hora en llegar al destinario que le indique. ¡Por dios! ¿Tanto podía demorar?
Eran las diez y media de la mañana. Faltaba dos horas para buscar a mi hermana. Cuando entré a casa decidí recostarme en el sofa. No tenía nada que hacer. Por el momento. Solo quer moría de ganas de saborear ese chocolates riquisimos. Una barra blanca es lo que más deseaba en este momento. Sin más pensar; lentamente me levante de ese sillón, y agarre las cosas necasarías y partí para el mejor lugar. El negocio de chocolates mas famoso "Alfonsos".
Placer, tranquilidad, amor. Me hacía sentir ese chocolate cada vez que le daba un mordisco. La verdad que los chocolates para son la debilidad del humano, más para mi.

Al estacionar mi auto frente a ese local, negocio, como quieran llamarle. Cruce la calle que me separaba. Al abrir esa puerta, sonreí y sentí el placer que recorría ya por mi cuerpo al sentir ese aroma.
Jazmín: Un placer verte de nuevo Paulita. -Dijo Jazmín. Una empleada con buen humor y cada vez que venía ella era la que me atendía-
Paula: Tú sabes estos es un debilidad mayo para mi. -Dije entre risita- ¿Qué tenes de nuevo?
Jazmín: Tenes unos estupendos blancos con dulce de leche y almendra de relleno. ¡Riquisimos! -Dijo con un gesto especial que yo reí-
Paula: Uy, suena riquisimo. -Dije entusiasmada- Deme tres de esas. Luego lo mismo de siempre.
Jazmín: ¿Te quedas a tomar algo también?
Paula -Negué-: Sabes que me encantaría. Pero imposible que pueda. Ya que ando en auto iré en busca de un trabajo bueno. -Dije sonriendo y mirando otros chocolates que se encontraban en el mostrador-
Jazmín: Ey, acá te pagan re bien. Andan necesitando una secretaría que lo acompañe al jefe en todas las reuniones y eso. Claro que en la empresa.
Paula: ¿En serio? ¿A donde queda la empresa?
Jazmín: Acá esta tu pedido... -Dandome la bolsa- Y acá... -Anotando en un papel- la dirección. ¡Suerte!
Paula: Gracias. Iré a averiguar.. -Sonreí- Un gusto volver a andar por acá.
Jazmín: Para nosotros es un placer. -Sonreí y salío de ese lugar bello con rico aroma-
   Volví a subir a mi vehiculo y con el papel en la mano leí reinteradas veces la dirección. Cerca del colegio de mi hermana, me dije al leer rápidamente la calle.
Sin más que decir arranque. Hacía casa para ponerme un buen atuendo para allí.

Llegué a esa empresa. Nervios es lo que me sobraban en este momento.
Transpase esa puerta junto con mi pollera de jean, una blusa blanca, suelta. Una sandalias que convinaban perfectamente con los acsesorios y vestimenta.
-Buenos días señorita... -Dijo una chica amable y sonriente-
Paula: Buen día. Me vine por que me enteré que necesitan una secretaría.
-¿Trajo el curriculum señorita? -Dijo ofreciendome asiento- Completo... -Dijo sorprendida leyendo- ¡Esperé un mometito!
Paula: No hay problema. -Dije sonriendo-
Cruce una pierna por arriba de la otra, apoye mis manos y solo esperé.
  Minutos pasaron y la chica volvió junto con mi curriculum.
-Señorita Paula... -Dijo sonriendo- Él la espera en el escritorio...
Paula: ¿Él?
-Él dueño... ¡Venga por acá!
Me paré y comencé a caminar detrás de ella. Cuando entre a esa oficina lujosa. Muy amplia. Con cosas muy valiosas. Había un chico alto, pelo color castaño. Estaba de espaldas.
-Señor... Acá esta la señorita que se presento. -Él se dio vuelta-
Paula: ¿Vos? -Dije sonriendo; pero una risita salió de mi boca-
Pedro: Un gusto Paula. -Dijo riendo-
-¿Se conocen? -Pregunto la secretaría-
Pedro: ¿Me das su curriculum? -Dijo y ella le entrego-
-¿Algo para tomar señor?
Pedro: No me digas señor. -Dijo revoleando los ojos- ¿Queres algo? -Yo negué- Entonces no. Cualquier cosa te llamo, vaya tranquila Claudia.
Ella asintió y se fue.
Paula: ¿Sos el dueño de todo esto? -Dije sin dejar de mirar su oficina-
Pedro: Si. ¿Necesitando trabajo.
Paula -Asentí-: Termine hace poco.
Pedro: Y te resiviste. Lo leí. -Dijo sonriendo- ¡Sientate!
Obedecí y me senté.
Pedro: Oh, por dios. Aún no lo puedo creer que no me hayas agredido.
Paula: Y... yo sigo sin creer que todo esto es tuyo. -Dije sorprendida- Sos un chico tan inrresp...
Pedro: Creí que iba a dudar. -Dijo molesto- No lo digas, porque no lo soy.
Paula -Sonreí-: Solo digo lo que pienso.
Pedro: Bueno trata de no decirlo seguido. Ya entendí con uno.
Paula: Necesito trabajo. ¿Me lo darás?
Pedro: Depende...
Paula: ¿Depende? Deberías darme sin excusas y reproches.
Pedro: Soy el dueño y hago lo que quiero.
Paula: Casi me matas.
Pedro: Error. No exageres tanto.
Paula: Como digas. Al infierno con esto. -Dije parandome- Deberías darme el trabajo como un favor, digamos.
Pedro: ¿Te dije que no te lo daría? -Se paro-
Paula: No. Pero tu comentarios lo dice todo.
Pedro -Suspiró-: ¿Probaste alguna vez los chocolates?
Paula: Oh. Por dios... ¿Me estas hablando en serio?
Pedro: Claro que si.
Paula: Que pregunta más boluda. Claro que me gustan y probe. Me encantan. Me fascinan. -Cerré mis ojos- Me dan placer.
Pedro: Nunca creí que un simple chocolate produja eso. -Dijo acercandose- ¿Te da placer?
Paula: Claro. De ahí vengo y me vendieron unos nuevos. Jazmín me dijo que son riquisimos.
Pedro: ¿Te llevas bien con mis empleados? -Yo asentí- ¿Ya probaste los nuevos? son de relleno de..
Paula: ¿Dulce de leche con almendrás? -Sonreí-
Pedro: Exacto. ¿Lo probaste?
Paula: Aún no.
Pedro: Podríamos probar juntos. -Yo sonreí- Y lo demás...
Paula: ¿Te crees muy seductor Alfonso?
Pedro: Y muchas mujer tuve. Pero nunca conocía a alguien tan bella como tú. -Dijo acercandose más-
Paula: Oh. Yo vine por asunto de trabajo. -Dije topandome con un sillón-
Pedro: ¿Nerviosa Chaves?
Paula: No. -Dije rápidamente y para desafiarlo me acerqué hacía él- ¿Estoy contratada como secretaría?
Pedro: Mira que tenes que acompañarme a todos lados. -Dijo divertido-
Paula: ¿Todos? -Dije picara-
Pedro -Asintió-: Hasta en la cama Chaves.
Paula -Largué una risita-: Que directo Alfonso. Pero empezemos por esto...
Lo agarre de la camisa que llevaba puesta y lo atraje hacía si.
Besándolo descontroladamente y apasionadamente. Mi brazos rodearon su cuello y mis manos locas comenzaron a jugar con su cabello.
Un beso que revoluciono algo dentro de mi, un beso que hizo distinto a los demás. Como un cosquilleo en la panza.
Pedro bajo su mano a mi pollera, por detrás. Apretandome hacía si y sin dejarme de besar su mano paso hacía él frente e introdujo por debajo su mano dentro de mis braguitas, apretando la palma de su mano contra "mi momento de venus".  Un gemio salió por mi boca y Pedro comenzó a besarme por todo el cuello, saboreando cada parte de mi cuello, hasta mis orejas lameo cada parte de mi oreja y cuello. Un susurró de lo que realmente quería hacerme me hizo que lo besará muy seductoramente. Sus manos subieron nuevamente a mi cintura y abrazandome más a él, sentí su erección. ¡Oh, dios! Si esto no freno se va de las manos en cualquier momento.
Con susurros paramos y por unos segundos nos miramos.
Pedro: ¡Contratada! -Dijo cerca de mis labios-
Paula: Gracias. -Deposite un beso sensual en sus labios y me separé- ¿Cuando comienzó? -Dije yendo hacía la puerta-
Pedro: Mañana. -Sonrió-
Paula: Genial. Nos vemos mañana Jefe. -Dije sonriendo y me fui-
¡Por dios! ¿Qué fue lo que sucedió allí dentro? ¿Qué me sucedió a mi? ¿Qué hubiera pasado si no lo frenaba? Pero no iba a negarlo. Sus manos traviesas, sus besos, eran inigualables.