3 Capitulo

Holaaaaaaaaaaaaa ♥ Espero que les guste. Acá les dejo otro capítulo.
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Siete y media de la mañana terminando de preparar el desayuno. Mi hermana Delfina estaba sentada esperando que le sirviera.
Delfina: Al final no me contaste que te paso. -Dijo refiriendose al ver mi herida- Solo dijiste que tuviste un accidente.
Paula: Ah, si. -Recordé y sonreí-
Delfina: ¿Esa sonrisa? -Dijo sin entender- ¿Acaso no tendrías que estar furiosa por lo que hizo ese hombre?
Paula: Es un hombre suficiente guapo... -Dije sonriendo y sentandome al frente-
Delfina: ¡Stop! -Dijo estediendo una mano- ¿Guapo? ¿Qué sucedió con ese hombre luego?
Paula -Revoleé mis ojos-: Ese mis hombre me dio trabajo.
Delfina: ¿Qué ofreciste? -Yo la fulmine con la mirada- Chiste, chiste... -Rió-
Paula: Tarada. -Bufo- Termina rápido que ni me dijeron el horario...
Delfina: Por ser el primero te dejarán llegar a la hora que quieras.
Paula: Tú llegaras tarde. -Tomé un sorbo de café- ¡Apura!
Delfina: Si, si.
 Un hombre lo suficiente guapo. Repetí en mi mente miles de veces. Un hombre que hizo que mis ormonas estallar cuando tan solo rozo sus labios con los míos. Ese hombre hizo imaginarme miles de fantasías por mi cabeza. ¡No puede dormir! Estaba tan ansiosa de verlo una vez más. Podría decir que ese mis hombre HIPNOTIZO.
<<Él, yo... los dos. Acostados. Haciendo el amor. Chocolates>> Fue una de las imagenes más fuertes que imagine esa noche.
Delfina -Chasqueando sus dedos-: Ey, Pau... -Volví a la realidad- ¡Vamos a llegar tarde!
Paula: Ah, si... -Dije agarrando mi celular- 
Delfina: Deja de pensar un segundo en ese chico guapo. -Dijo riendose mientras agarraba su mochila-
Paula: ¡Guarda silencio Delfina! -Dije molesta-
Delfina: Lo que tu digas hermanita... -Dijo riendose-

Secretaría (Claudia): ¿Entendiste todo? -Asentí- Muy bien. Él señor Alfonso la espera en su oficina.
Paula: ¿Ahora?
Secretaría: En diez minutos. Me dijo que primero vaya a su nueva oficina.
Paula: ¿Una oficina... una oficina para mi? -Dije tartamudeando-
Secretaría -Largo una risita corta-: Si, para usted.
Paula: Ah... -Dije sorprendida-
Secretaría: La acompaño... ¡venga! -Dijo comenzando a caminar- Es un lugar no tan amplio, pero muy lindo solo para usted. -Dijo abriendo la puerta al llegar- Él señor Alfonso le enseñara las demás partes del edificio... -Sonreí-
Paula: Woh. -Dije al mirar a mi alrededor- ¿Esto te parece un lugar no amplio? Por dios, esto es imenzo. -Dije sonriendo-
Secretaría: Me alegro que le guste. Al parecer nuestro jefe tiene un buen gusto. -Dijo al mirar los adornos- ¡Tenes suerte!
Paula: ¿Suerte? -Giré para mirarla- ¿Por?
Secretaría: Mm... no hay mucha confianza. -Dijo dudosa-
Paula: Cuenta; no diré nada. -Sonreí- Soy un cajón de secretos.
Secretaría: Seremos muy buenas amigas Paula. -Dijo sonriendo-
Paula -Bla, bla... ¿Suerte? Dilo. ¿Por qué?-: Lo mismo digo.
Secretaría: Como te decía... tenes una suerte.
Paula: Vuelvo a repetir... ¿Por qué?
Secretaría: Todas se mueren por ser su secretaría. ¿Viste lo guapo que es?
Paula -Claro, claro, que si-: No me fije.
Secretaría -Rió-: De seguro que si. ¡No mientas!
Paula -Dejando las carpetas en el escritorio marrón y ancho-: No miento. No me fije...
¿No me fije? Probe hasta su boca. ¡Dios! ¿En qué me metí?
Secretaría -Revoleó los ojos-: Yo daría todo por una noche con él...
¿Una noche con él? Woh, tranquila nena... por ahora tiene lo suyo. ¿Suyo? ¿Yo?
Paula -Largué una risita-: ¿Una noche? -Ella asintió entusiasmada-
Secretaría: ¡Tú! -Dijo rápidamente-
Paula: ¿Yo qué? -La miré-
Secretaría: Yo se que tú me vas a ayudar...
Paula -Abrí mis ojos como platos-: ¿Ayudar? ¿En qué? ¿De qué hablas?
Secretaría: Estamos hablando del jefe... -Rió-
Paula: Lo sé... pero... -Caí en lo que trato de decir- Ah, no, no, no... ni lo sueñes. -Dije negando con la cabeza y mirando las carpetas- Ni sueñes que te ayudaré para que pases una noche con él. -Dije rápidamente. ¡Estas completamente loca!-
Secretaría: Ay, dale... -Dijo suplicando-
Paula -Negué-: ¿Me espera en su oficina? -Asintió-
Me levante de la silla y volví a la puerta. Claudia cuando saliamos no paraba de suplicarme que la ayudar. 
Estaba completamente alsada esta mina. ¿Qué pretendía? Bah. Pretendía una noche con MI jefe. Bueno... nuestro jefe. Mira quien lo dice... la chica que no paro de pensar en el en toda la noche. En ese beso que hizo imaginarmelo a él y los chocolates. Pero eso si. Ni en sueños iba a ayudar a Claudia, no, no.
 Golpeé la puerta de su oficina y con un "Adelante". Abrí la puerta y observé que él estaba muy concentrado en sus papeles...
Paula: ¡Buen día Jefe! -Dije sonriendo. Él aparto la mirada de esos papeles y sonrió-
Pedro: Buen día. -Dijo parandose-
Paula: ¿Necesita algo?
Pedro -Asintió-: Quiero que me cuentes que día tengo hoy...
Paula: Tiene una reunión a las once con Jonh Back -Dije leyendo la agenda-
Pedro: ¿Solo eso?
Paula: Y esto tiene que firmar para Brahian Roul. -Dije entragandole una carpeta-
Pedro: ¿Nada más?
Paula: Nada más. -Se acercó hacía si-
Pedro: ¿Segura?
Paula: Completamente segura...
Él agarro la carpeta y volvió al escritorio. "Sientate" me dijo y yo obedecí.
 Agacho su cabeza y se concentro en la carpeta. Yo. Yo concentrada en esos labios gruesos y finos a la vez. Me imagino una vez más esos labios junto con los míos.
Pedro: Buena propuesta del señor Brahian. -Yo solo sonreí- ¿De seguro... -Devolviendome la carpeta- no hay nada más?
Paula: ¿Laboral o personal? -¡Que diga personal. Que diga personal!-
Pedro: Personal... -¡SI!-
Paula: ¿Qué es lo que faltaría? -Encogió sus hombros- Si usted no sabe señor... Yo menos.
Pedro: ¿Segura no sabes?
Paula: La verdad que nose Jefe...
Pedro: Tenes prohibido decirme jefe. Pedro, con Pedro me conformo. -Dijo sonriendo- Dime...
Paula: No tengo nada que decir. Nada. -Dije parandome-
Pedro: ¿Hacer? -Dijo al verme acercar hacía él-
Paula: Em... si, ponele. -Dije riendo- ¿Puedo?
Pedro sonrió y me agarro de la cintura e hizo que me sentará en sus piernas.
"Hazlo" me dijo. Sin más que decir; agarre su cara y comencé a besarlo con toda la pasión que en ese momento teníoa.
Suavemente mordí su labio y en ese momento recordé <<Él, yo... los dos. Acostados. Haciendo el amor. Chocolates>>.
Oh dios. Que ganas de gritar a toda puerta que lo quería en mi cama.
 Su boca se abrió al igual que la mía, dandole paso a nuestras lenguas que se volvían locas por jugar allí adentro.
Su mano que estaba en mi cintura, comenzó acariciar mi pierna. Notaba sus intenciones y cerré con fuerza mis piernas. Él gruño y sin dejar de besarme.
Pedro: Hazme acordar que me prohibiste el paso. -Dijo besando mi cuello-
Paula: Acá no. -Disfrutando cada beso-
Pedro: Te espero hoy entonces. -Rozando sus labios en los míos- Luego te digo donde y la hora.
Paula: Deberías preguntar... ¿podés?
Pedro -Sonrió-: ¿Podés?
Paula: Te aviso luego.
Pedro: ¿Por?
Paula: Tengo una hermana a quien cuidar.
Pedro: Yo también tengo hermanos. -Dijo revoleando los ojos-
Paula: Pero tenes quien te los cuide. -Dije parandome- Te aviso luego. -Agarre las carpetas- Cualquier llamado que llegué, te paso.
Él asintió y yo rápidamente salí de allí.